El cambio en la filosofía del campeonato automovilístico organizado por la AIACR (Asociación Internacional de los Automóvil Club Reconocidos) para pasar de ser un certamen mundial a uno europeo, apenas duró dos años. Los vaivenes producidos por la crisis económica que se vivía por aquellos tiempos y la inestabilidad política jugaron en contra de la competición, por lo que el máximo organismo determinó centrar sus esfuerzos en sacar adelante las carreras principales y salvar una temporada que se avecinaba muy interesante, aprovechando para edificar los cimientos del automovilismo moderno.
La semilla de la Fórmula 1: 1933
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