Damas y caballeros, la primera clasificación de la temporada ha concluido. Con ella, hemos podido apreciar una pequeña dosis de lo que nos puede esperar en este 2021 y, como nos imaginábamos, la igualdad ha llegado para quedarse, o al menos en este primer Gran Premio del año. Ya no solo cuestión de que la pole position no ha pertenecido a Mercedes casi en ningún momento, sino que si echamos la vista atrás, la conocida como «Fórmula 1.5» parece un volcán en erupción: un solo fallo o algo de desfortuna puede lanzarte fuera de la Q3 e incluso fuera de la Q2.
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El gran destello de George Russell se funde en el descuento
A veces, las cosas no están escritas por el destino para suceder. La narrativa de George Russell este fin de semana parecía dispuesta para obtener, como poco, su primer podio en Fórmula 1, pero deberá conformarse con el amargo premio de haber conseguido sus primeros puntos en su carrera número 37 en el Gran Circo. La suya había sido una actuación sin errores, sin prácticamente ningún pero en un fin de semana en el que se vio en la tesitura de tomar un cursillo exprés para pilotar un Mercedes. George Russell estaba aprobando con sobresaliente y siendo el mejor de la clase alemana, pero faltó el colofón final.
Líder en las primeras dos sesiones de entrenamientos libres del viernes, el sábado supuso un regreso a una realidad más lógica tras la pole de Valtteri Bottas, que no pudo sino sentir en su nuca la respiración del británico, a nada más que 26 milésimas de arrebatarle la primera posición. Su primera clasificación con uno de los monoplazas más dominadores de la historia estuvo a la altura, pero faltaba la prueba definitiva, que no era otra que el domingo. Hasta ayer, el piloto de la localidad de King’s Lynn había demostrado su madurez y su ritmo, pero ni de lejos esperábamos el derroche de talento y desparpajo de hoy.
Valtteri Bottas es amenazado en la distancia por George Russell.
En un duelo directo con su compañero hasta la peligrosa primera curva de Baréin, Russell salió vencedor y no solo eso, sino que abrió hueco, si bien es cierto que la carrera cobró un matiz mucho más relajado en Mercedes una vez su teórico rival principal, Max Verstappen, quedó fuera de la prueba tras medir mal su velocidad en la escapatoria. Y digo teórico, porque el destino hoy estaba escrito con letra mexicana, aunque nadie lo sabría hasta el caos del coche de seguridad provocado por los restos en pista del Williams de Jack Aitken. Ese mismo monoplaza cuyo dueño era George Russell.
Mercedes cometería un error garrafal que, incluso ahora, está pendiente de ser revisado por la FIA para imponer un castigo todavía mayor a un dolido campeón de la Fórmula 2 en 2018. Un fallo que solo ha sucedido en situaciones muy esporádicas pero que, en el caso de Mercedes, sería colosal. Los mecánicos confundirían los juegos de neumáticos preparados en una doble parada y provocarían que George Russell se reincorporase a pista con un neumático dedicado a Valtteri Bottas, mientras que el finlandés simplemente hizo una caótica detención en boxes. El personal del equipo todavía estaba dándose cuenta del desastre.
Tampoco se deben obviar los teóricos problemas de batería de Russell, alertados durante la carrera.
A partir de ahí, quien se alzaría con la batuta de líder no sería Bottas, ni muchísimo menos. George Russell surgiría de entre las cenizas y realizaría un espectacular adelantamiento por el exterior de la curva 6 a su más experimentado compañero y se lanzaría sin piedad a por el que podría ser el mejor resultado de su carrera, a por el resultado que le haría abrir todas y cada una de las portadas deportivas interesadas en la Fórmula 1, pero la narrativa sería otra. Obtendría su mejor resultado, pero también el más doloroso.
Es una posibilidad que los restos del alerón delantero del Williams de Jack Aitken provocaron un pinchazo lento en el Mercedes de George Russell. Fuese la razón que fuese, el británico se vería forzado a parar una vez más y montar el neumático blando para unas escasas nueve vueltas en las que, a pesar de todo, podría remontar hasta quedar exactamente detrás de Valtteri Bottas… con dos paradas menos en boxes. Una escena que, en el entorno del finlandés, a buen seguro no pasará desapercibida y menos aún en una Mercedes que no pudo sino colmar de halagos y disculpas a un desolado Russell al acabar el Gran Premio. Sergio Pérez, Esteban Ocon y Lance Stroll ocupaban el podio que se le había escapado de las manos en hasta dos ocasiones.
El piloto del día según los aficionados, George Russell.
Esto implica mucho, siempre y cuando queramos detenernos a pensar un poco en la situación en Brackley. Sin Lewis Hamilton, el equipo Mercedes ha tenido al alcance de su mano un doblete que, por cuestiones varias, se ha escapado, pero no solo eso, sino que el teórico líder de filas en este Gran Premio, Valtteri Bottas, ha quedado señalado e incluso sometido por la joven estrella de Williams.
Ya no han sido 26 milésimas en clasificación, sino toda una carrera en la que no ha tenido a nadie por delante hasta que todo se ha echado a perder. 59 han sido las vueltas lideradas por George Russell, que ya supera, por poner un ejemplo, a Nico Hülkenberg o al ganador de hoy, Sergio Pérez. Un destello que lanza la pregunta: ¿podría repetirse algo así en Abu Dabi? ¿Y qué sucederá en años próximos?