El GP de Baréin fue testigo de las primeras luchas en el mundial de Fórmula 1, una carrera que estuvo marcada especialmente por la estrategia. No obstante, la gran polémica surgió a partir del adelantamiento de Max Verstappen a Lewis Hamilton, donde la curva 4 y las normas de la FIA acabaron siendo los protagonistas del fin de semana.
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En 2018, Fernando Alonso dio la noticia histórica al anunciar su marcha de la Fórmula 1. Tras una larga travesía con más frustración que éxito en su 2ª visita a McLaren, el español decidió liberar su agenda para probar suerte en otras pruebas legendarias del automovilismo.
Sin embargo, con la llegada de Alpine como nueva cabeza del proyecto de Renault y el cambio de reglamento asomando por 2022, el asturiano decidió readaptar su rutina de nuevo y anular su retiro para regresar al Gran Circo. Tras esta baja de dos temporadas, ¿qué podemos esperar del bicampeón? ¿Volveremos a ver la magia a la que nos tenía acostumbrados?
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Ya podemos ir guardando las banderas en Maranello
Hace ya unos cuántos años desde que Ferrari opta a tener opciones para ganar el campeonato, tanto de pilotos como de constructores. Mercedes siempre ha estado ahí, pero en 2017 y 2018 ni los italianos ni su piloto Sebastian Vettel se lo pusieron fácil. La Scuderia ha sido durante las últimas temporadas la alternativa al monopolio de Mercedes y frente a una Red Bull que llevaba años atrancada en la tercera posición sin opción alguna de acercarse al Top 2.
Los de Maranello llevaban años consiguiendo un buen resultado en la fábrica, diseñando un monoplaza a la altura de sus rivales. Pero errores por parte de sus pilotos y demás integrantes del equipo convirtieron la lucha por el Mundial en algo absolutamente imposible de alcanzar. Por lo menos había esperanza en un futuro: tarde o temprano, su éxito llegaría. Estamos hablando de Ferrari. Tienen monoplaza de sobra, decíamos. Tienen talento de sobra, pensábamos. Es imposible que vaya a peor, creíamos.
Y ahora es cuando metemos las risas enlatadas. La situación actual de la Scuderia Ferrari tras las tres primeras pruebas de la temporada 2020 de Fórmula 1 es de traca. Es pronto para sacar conclusiones precipitadas de lo que le espera a los italianos a lo largo de este año, pero a su vez es tarde para intentar acercarse a Mercedes y Red Bull. Llegarán mejoras, pero también llegarán para esos dos equipos. La batalla ya está perdida.

En 2019, Ferrari quedó a unos 235 puntos de distancia de Mercedes. Este año ya van muy cerca de los 100 tras tan solo tres Grandes Premios. Parece que no, pero esos puntos van a pesar y mucho a final de temporada. Y suerte tienen de haber podido anotar ese podio con Charles Leclerc en la primera carrera, porque de no haber habido tanto caos en el Red Bull Ring la situación aún sería más preocupante.
Cuando Ferrari aterrizó en Barcelona para las jornadas de pretemporada, detectaron varios problemas que no fueron capaces de solventar para la primera cita del año. Las prometidas «mejoras» han llegado, pero no son suficientes. Mucho no habrán mejorado si, acompañados de una pobre estrategia, terminaron la carrera del Hungaroring una vuelta por detrás de los Mercedes. Si verdaderamente este era el as debajo de la manga de los ferraristas, ya pueden ir escondiendo las banderas en Maranello o colocarlas a media asta.
¿Cuál es el problema? Que el futuro no es ni mucho menos esperanzador. Primero porque todo apunta a que, salvo incidentes y carreras revueltas, van a sudar tinta china en los próximos eventos del calendario. El año pasado sufrieron de lo lindo en Silverstone, luchando por el cuarto y quinto puesto antes del «strike» de Sebastian Vettel a Max Verstappen, y este año tendrán doble ración al disputarse dos Grandes Premios en el mítico circuito británico.

Cuando salgan de Gran Bretaña irán directos a Barcelona, donde el año pasado también terminaron fuera del podio. Y para rematar, pasarán por Monza y Bélgica, lugares donde podemos ver las diferencias más drásticas con respecto a 2019 ya que los italianos ganaron en ambos trazados gracias a la enorme potencia de su motor. Potencia que, actualmente, se encuentra en búsqueda y captura en Maranello. Como para ir luego a celebrar su 1000º aniversario en Mugello, vaya.
Y claro, luego está 2021. El COVID-19 hizo que la «nueva Fórmula 1» de Liberty Media se aplazase a 2022 con los enormes cambios del reglamento técnico, de forma que 2021 será una extraña temporada de transición con prácticamente el mismo monoplaza de este año. Si Ferrari no consigue dar con la tecla con los ligeros cambios que se permitirán entre ambas temporadas, podemos estar ante una doble masacre de puntos que golpeará duramente a la Scuderia.
2014 sigue estando muy cerca. Ese año, al menos, consiguieron la cuarta posición en el campeonato de constructores batallando con Williams durante toda la temporada. Este año Mercedes y Red Bull están claramente por delante. Racing Point y McLaren parece que más de lo mismo, aunque habrá que estar pendientes de las mejoras que puedan traer a lo largo de la temporada. Si esto sigue así, puede ser su peor temporada en Fórmula 1 desde 1981.

¿Qué pueden hacer para darle la vuelta a esta situación? A saber. Mattia Binotto dice que despidiendo gente no se consigue ir más rápido, pero el cambio de filosofía ferrarista es más que necesario. No puede ser que en 12 años, con pilotos como Fernando Alonso o Sebastian Vettel, Ferrari haya sido incapaz de ganar nada. ¡Y menos mal que hubo esa batalla interna en la McLaren de 2007! De no ser por ello, el último título de los italianos se remonta al año 2004.
Más les vale mejorar. Si no, como buen madridista, le recomendaría al CEO de Ferrari que se marque un buen Florentino Pérez. Si el panorama es desolador, nunca es tarde para montar unas obras en Mugello y evitar que se celebre allí el Gran Premio número 1000 de su historia. Sin duda sería inolvidable que en esta cita histórica para el ferrarismo sus dos pilotos quedaran por detrás del Racing Point de Lance Stroll.